En tiempos de pandemia mundial, el confinamiento nos proporciona muchas horas metidos en casa. Con todo este tiempo entre manos, me puedo poner al día con los posts del blog. No hay mal que por bien no venga. Puede que este año no hayamos podido empezar la temporada cuando deberíamos (y tengamos que aplazar muchas bodas que con tanto cariño hemos diseñado y preparado durante meses), pero revivir todas las preciosas bodas en las que ya hemos participado supone un remedio estupendo. Se trata de encontrar el lado bueno de las cosas.
De todas las bodas que todavía no hemos publicado en el blog, me hacía especial ilusión empezar con la de Nadine & Rudi porque me recuerda que, al final, siempre sale el sol.Estos maravillosos novios vinieron desde lejos soñando con casarse en el precioso pueblo de Altea, en Marqués de Montemolar (una de las fincas más bonitas de España), con vistas al mar y bajo el cielo soleado tan característico de nuestra zona. Pero el día de su boda empezó con mucha lluvia. Afortunadamente, Nadine y Rudi contaban con un equipo de excepción capitaneado por Paloma Cruz que consiguió, contra todo pronóstico meteorológico, llevar a cabo su boda soñada.
Nadine llegó a Montemolar temprano por la mañana para vestirse y arreglarse en la preciosa habitación del palacete. Cristina Jiménez se encargó de maquilarla y peinarla (le hizo un bellísimo recogido bajo que coronó con un tocado en tonos plata). Su vestido de novia, entallado y con tirantes, iba cuajado de pedrería y como complemento se puso unos elegantísimos pendientes en forma de gota. Eligió un ramo de novia que, para nosotros, es la verdadera joya de la corona: un bouquet con más de 40 rosas de jardín David Austin en color rosa pastel; unas rosas catalogadas como las rosas más bonitas del mundo. Toda una joya.
La decoración de la ceremonia fue uno de esos extraordinarios retos que te dejan el mejor sabor de boca. Como llovió tanto durante las primeras horas del montaje, solo tuvimos una hora para montar toda la deco de ceremonia en exterior. A pesar de los nervios y la presión, el resultado fue fantástico. En el altar montamos dos paredes de flores que cubrían prácticamente toda la trasera del mirador y creaban un tapiz de ensueño para los novios. Utilizamos flores en tonos rosa pastel (hortensias, rosas, limonium, sedum, sinfonía…) y una amplia variedad de verdes. Del techo del mirador colgamos ramos de verdes con caída y cubrimos el suelo con alfombras en tonos neutros. Los laterales del pasillo los llenamos de grandes jardines de flores y colocamos un par más en el altar a cada lado de los novios (rodeando las banquetas). La magia del momento y las espectaculares fotos de Elisabeth Van Lent hicieron el resto.
Para nosotros el seating de una boda es uno de los elementos más importantes de la decoración y Montemolar tiene un palacete de infarto que siempre los acompaña de maravilla. En esta ocasión utilizamos nuestro arco redondo (que cubrimos con una tela de paillettes en color oro rosa) y lo rodeamos con jardines verticales en forma de media luna. Sobre la tela colgamos pequeños marcos dorados con la distribución de las mesas y creamos un bodegón alrededor del arco con peanas de distintos tamaños y alturas, varios jarrones con flores, jardines de flores, y velas en cilindros de cristal y vasos de punta de diamante. Se quedó de escándalo de bonito, era toda una explosión de flores.
A pesar de que, afortunadamente, el cielo les dio tregua durante la ceremonia y el cóctel, a lo largo de la cena llovió, así que el montaje del banquete se llevó a cabo bajo una carpa iluminada a las mil maravillas con guirnaldas de microled a dos aguas. El resultado parecía sacado de un cuento de hadas. Los centros de mesa los montamos en bases ovales de cristal con flores en tonos rosa pastel y blanco, y los acompañamos con espejos en la base, velitas de té en vasos de punta de diamante y números de mesa en marcos de espejo.
El equipo de Paloma Cruz tiene un gusto exquisito para la presentación en mesa y encargaron a los chicos de Kava todo el material para darle los toques finales a la decoración del banquete. Se utilizó la cubertería dorada, los bajoplatos dorados, la servilleta rosa nude y copas de cristal tallado para todos los invitados, mantelería blanca y sillas tiffany doradas. Murri se encargó del servicio de cátering.
Para la mesa presidencial, montada en forma rectangular, creamos numerosos centros de flores en tarteras y bases ovales de cristal que colocamos a lo largo de toda la mesa, y los acompañamos con muchísimas velas (de distintos tamaños y grosores) en cilindros de cristal, vasos de punta de diamante, sujetavelas de cristal tallado envejecido…
La boda de Nadine y Rudi fue tan elegante como exquisita. El blog de bodas internacional Wedding Chicks se hizo eco y publicó este post con los detalles y las fotografías de la boda. Fuimos muy felices al pensar que, a pesar de la predicción meteorológica para ese día, los novios pudieron tener la boda que siempre soñaron y nosotros pudimos formar parte de ella. Al final, siempre sale el sol.
Bisous,
C.
Vestido: Casablanca Bridal
Fotografía: Elisabeth Van Lent
Organización: Paloma Cruz WP
Finca: Marqués de Montemolar
Alquileres: Kava
Peluquería: Cristina Jiménez
Maquillaje: Cristina Jiménez
Cátering: Murri
Floristería: El Jardín del Cabo
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